miércoles, 23 de diciembre de 2009

Protocolo y etiqueta en la mesa por Navidad

La gastronomía es tradición y en definitiva cultura. Además de nutrirnos comer es un acontecimiento social. Los ritos de la mesa son variados y a veces hasta desconocidos también en fechas como Navidad y fin de año donde abrimos las puertas de nuestro hogar a familiares y amigos. Siempre en estos casos y ante cualquier duda relativa a que hacer, utilizaremos el sentido común. A la hora de vestir una mesa en las noches más especiales del año se permite algo más que el clásico mantel blanco, inclinándonos por dorados y variantes en rojo que nos podrán acompañar

Las flores en estas fiestas serán acebos y pascueros, a ser posible naturales, aunque en tela se admiten dando color y alegría a nuestras celebraciones. En caso de usar flores que no formen centros altos que impidan ver al resto de comensales, ya que la conversación es fundamental a la hora de compartir un almuerzo o cena. Una variante la encontramos en la mesa de la Duquesa de Alba donde en una bolsa incluyen flores secas para aromatizarla. A mediados del S.XIX que coincide con el periodo isabelino se impone el servicio a la rusa, de origen francés que sienta las bases del protocolo y servicio de mesa actual.

La distribución de vajilla, cristalería y cubertería tiene mucho de creación, se comienza por el bajo plato, plato llano o trinchero, plato hondo o taza de crema y consomé o cuenco, y a la izquierda el plato de pan, a juego con el bajo plato, pero más pequeño. El borde del bajo plato se alineará con el borde de la mesa. La servilleta la colocaremos encima de cada plato.

El tenedor de pescado y de carne debe ir a la izquierda, por este orden, de fuera hacia dentro, cuchara y cuchillo, a la derecha, por este orden, también de fuera hacia dentro del plato, los filos del cuchillo mirando a la izquierda. Los cubiertos de postre delante de la vajilla y de esta forma, tenedor, cuchillo y cucharilla. La cristalería, copa de agua, más grande que las de vino, se coloca primero a la izquierda, a continuación la de vino tinto y por último la de vino blanco, delante irá la de cava.

En los banquetes y por el servicio a la rusa cada comensal tendrá en su sitio una tarjeta en la que se indican los platos que componen el menú. A la hora de elegir vinos siempre se acierta con los clásicos, que agradan a casi todo el mundo. A mediodía blanco y tinto. Por la noche con el entrante un Jerez, el primero será acompañado con un blanco, y el segundo con un tinto, de Ribera, Rioja, sin olvidar Toro, Valdepeñas, etc. Invitar a beber es una muestra de cortesía, insistir cuando no se ha aceptado está fuera de lugar. Los anglosajones utilizan el alcohol no para alegrar una sociedad sino para alejarse de ella, los mediterráneos para acercarse a un ambiente social. La moderación en su consumo siempre se impone.

Si hablamos de menús recogemos la costumbre de la Casa de Alba de cenar pavo en Navidad, bien relleno de arroz o de salchichas, entre otras variedades, de primer plato lombarda, consomé, caviar o mariscos, no faltando tampoco la langosta. La imagen de nosotros en Navidad no debe ser tampoco despreciada, cenar o almorzar en casa con otras personas no implica no arreglarse, al contrario, se está bien con uno mismo y con los demás. Y ya se sabe que en el juego y en la mesa es donde se demuestra la buena educación.

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