Es la convicción de que se está lo suficientemente capacitado y preparado para poder hacer frente a cualquier situación que se nos presente aunque sea imprevista. Es la convicción de que, aunque no se conozcan todas las respuestas, uno puede buscarlas y encontrarlas. Es una <
El niño adquiere este sentimiento de poder cuando aprende a resolver él solo el mayor número de problemas y conflictos que se le presenten. Es la consecuencia de tomar decisiones que le lleven a resultados satisfactorios, de averiguar dónde encontrar los recursos que necesita, de aprender a utilizarlos, de cómo conseguir las necesarias informaciones y de cómo hacer buen uso de ellas.
Hay que tener cuidado de no proteger demasiado a los niños en situaciones conflictivas. Hay que animarlos a enfrentarse a riesgos razonables y a superarse a sí mismos. De los padres depende muy a menudo que los niños consigan hacerse independientes lo antes posible.
Un camino desafortunado muy usual es el de no preocuparse o no tomar interés en lo que hace el niño y abandonarlo a su propia iniciativa; otro es el de sobre protegerlo demasiado, sin hacerlo sentir el necesario afecto, apoyo moral, reconocimiento y feedback que le permitan enfrentarse a posibles errores como parte del aprendizaje en lugar de considerarlos como fracasos.
Una gran parte de los niños, los más débiles, renuncian y pierden interés. Otros los más dotados, llegan a motivarse aunque desarrollen un sistema de supervivencia desde la separación y la renuncia a la colaboración y apoyo de los demás.
Un tercer camino, igualmente negativo, es el de pretender de los niños objetivos y tareas que desbordan su capacidad. A menudo los padres que tienen estas exigencias ni siquiera están disponibles para ayudar a sus hijos en el cumplimiento de estos objetivos.
Hay un camino que permite el pleno desarrollo de la competencia, seguridad, motivación, y auto-concepto del niño. También en este caso hay varios caminos para los padres. Uno es el alentarle haciéndole ver que está capacitado para aprender y actuar de la forma correcta si se lo propone. Le apoyan, le dan retro-alimentación y le animan .
El niño se siente capaz e independiente pero sabe que si pide apoyo de sus padres, ellos están dispuestos a ayudarle en cualquier momento que se lo pida.
Aprender a pedir es otro factor de crecimiento. Es necesario saber decir no, si pensamos que es lo mejor para el niño. Si se da el caso, hay que hacerlo de forma abierta y alegar razones concretas con un diálogo para que él lo comprenda. Así el niño comprueba el apoyo y confianza en él y en sus capacidades por parte de los padres.
Una vez que el niño haya terminado la tarea, es importante comprobar que está terminada y bien, y reconocer el esfuerzo, la buena voluntad y la habilidad demostradas; siempre hay algún detalle en el que poder centrarse para hacer este esfuerzo más efectivo.
Como consecuencia el niño se sentirá orgulloso por el trabajo bien hecho. Reconocerá el valor de terminar una tarea. Todo esto le causará:
• Un auto-concepto más positivo.
• Motivación para ponerse nuevos objetivos ya que se ha dado cuenta de que está en condición de enfrentarse y solucionar problemas.
• La capacidad de reconocer y utilizar los medios y recursos a disposición, de una forma más efectiva.
• Tener una nueva prueba de que tiene el apoyo moral y la confianza de los padres cuando los necesite.
• Una mayor seguridad en sí mismo como persona y como miembro del grupo al que pertenece.
• Un buen desarrollo de su sentido de competencia personal y se sentirá motivado a volver a empezar cada día el proceso, sin miedo de fallar. Ya que ha sido capaz de resolver un problema, fallar en una segunda ocasión no sería tan amenazador para su propio auto-concepto y menos todavía en lo sucesivo.
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jueves, 8 de octubre de 2009
Sentido de Competencia Personal
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