La mayoría de nosotros deseamos mantener nuestra singularidad o individualidad. Queremos ser como los demás pero no hasta el punto de perder nuestra identidad personal (con las necesidades de gustar y tener razón, la mayoría deseamos la individualización para distinguirnos de los demás en algunos aspectos).
Su deseo de mantener el control sobre los acontecimientos de sus vidas, las personas quieren creer que pueden determinar lo que se les ocurra, y el hecho de ceder a la presión social va en contra de ese deseo. Después de todo, seguir al grupo implica comportarse de un modo que no eliges tú personalmente, y esto se puede interpretar como una restricción a la libertad personal y al autocontrol. Las personas con un alto deseo de control tienden a percibir comportamiento de los demás como una amenaza para su libertad personal y suelen tomar medidas para frenar estas incursiones.
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viernes, 20 de noviembre de 2009
La necesidad de individualidad y la necesidad de control
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