viernes, 12 de marzo de 2010

DEBEMOS SABER ESCUCHAR ¿SABEMOS ESCUCHAR?

"Tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista"

(Mohandas K. Gandhi)

La mayoría de las personas nos consideramos buenos escuchas por naturaleza, sin embargo se le da muy poca importancias al aprendizaje de técnicas del "saber escuchar", las cuales son tan importantes como el desarrollo de destrezas escritas y orales en el proceso de la comunicació

Si estás interesado en probar tu nivel de habilidad para escuchar, práctica escuchando con otra u otras personas de tu entorno una grabación común y corriente y luego dile a alguien que te haga algunas preguntas específicas sobre el contenido. Te sorprenderás por haber dejado pasar por alto detalles importantes.

Un navegante debe estar alerta y escuchar los vientos marinos para orientar sus velas y poder avanzar. De la misma forma, la única manera de avanzar en la empresa es orientando nuestras conductas y acciones a través de saber escuchar, dándole sentido a nuestra interrelación personal.

Según los investigadores de la conducta humana, escuchamos sólo un 40% de nuestro tiempo. Esto significa también que el 40% de la planilla de una empresa se invierte en escuchar. ¿Qué tan efectiva estamos haciendo esa inversión? Cuando la empresa compra un activo, invierte un esfuerzo considerable en optimizar la compra. ¿Qué estamos haciendo para optimizar la gran inversión de escuchar?

Cuando escuchamos lo hacemos en varios niveles:

La escucha desconectada: nuestro cuerpo está presente, pero nuestra mente no (sin embargo dejamos algunas señales para no ser descubiertos: ajá, sí, claro), pero no estamos escuchando nada, nuestra mente está lejos de allí.

La escucha competitiva: mientras escuchamos a medias, vamos ideando respuestas rápidamente, interrumpiendo a la persona que nos habla para darle nuestra opinión. En este nivel no hay interés real de escuchar, sino en probarnos a nosotros mismos y a los demás que somos más capaces y competentes.

La escucha verbal: cuando estamos en este nivel, estamos prestando atención solamente al contenido del discurso, mas dejamos de lado los mensajes no verbales, Escuchamos las palabras, pero no distinguimos la información valiosa derivada de los gestos, tono de voz, postura, etc.



Si consideramos que las estadísticas de los investigadores revelan que nuestra comunicación es sólo 7% verbal, 38% tono, volumen y velocidad, y el 55% de gestos, postura corporal entre otros, podemos concluir que si sólo escuchamos las palabras, nos perdemos el 93% del mensaje.

La escucha empática: cuando utilizamos este nivel, estamos escuchando la parte verbal y percibiendo la no verbal y las emociones. En este nivel, dejamos nuestro ego, tomamos una actitud de servicio y nos ponemos en el lugar de la otra persona. Sólo en este nivel "escuchar tiene sentido".

Hasta aquí más de uno se habrá cuestionado cuál es el nivel que más utiliza.

Mi deseo es que predomine en tu organización y en tus actividades personales una escucha empática, no sólo lograremos así mejores resultados, sino que además contribuiremos al bienestar de las personas de nuestro entorno laboral, nuestros clientes y en nuestros hogares.



Por: Guillermo Duffoo Hart

Fuente: Revista Anunbis

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