¿Cómo se logra que empleados, líderes y consumidores
cambien sus hábitos y comportamientos? Se puede hablar de estrategias y
procedimientos pero la realidad es que las personas no cambian hasta que
deciden hacerlo. Aquí diez claves para lograrlo.
1) Utilice el poder de síntesisSi se habla de ocho valores y 10 competencias, no se establece en realidad ninguna prioridad. La idea es lograr que se cambie un comportamiento y si se pide demasiado, no se logrará nada. Es mejor concentrarse en cambiar un comportamiento por vez.
2) La importancia de las mediciones
Para poder alcanzar cualquier meta, es importante encontrar la vuelta para hacerlas concretas y mesurables. “Escuche atentamente” no es concreto ni mesurable, por ejemplo. Trabaje en crear mejores direcciones para que los empleados sigan.
3) Preste atención a los detalles
Cuando el famoso chef Jaimie Oliver quiso cambiar los hábitos alimenticios de los niños en Estados Unidos, logró la atención de alumnos y maestros con una imagen poderosa: un camión lleno de grasa animal. Cuando quiso enseñarles a los chicos más obesos cómo cocinarse, también lo hizo con imágenes y detalles interesantes. La imaginación es una herramienta poderosa para el cambio.
4) Acuda a la presión social
Todas las personas miran a su entorno para encontrar claves y así guiar sus comportamientos. Los colegas ponen la vara más alta y vigilan que los comportamientos inadecuados no pasen sin castigo social.
5) Movilice a las masas
No son los líderes los que mueven masas sino los gerentes medios, que conocen a las personas por su nombre y sus historias, quienes logran que las personas cambien sus peores hábitos. Si el líder es inteligente intentará captar a esas personas clave para lograr, así, un efecto en cadena.
6) Tuerza la suerte
¿Cómo se logra que una persona tome decisiones más saludables a la hora del almuerzo? Educándolos o torciendo las circunstancias. Si las personas agarran lo que ven primero es una buena idea poner una barra de ensaladas al principio de la fila. Eso es lo que hizo Google. No hace falta decir las cosas directamente sino cambiar el contexto para que las personas tomen las decisiones correctas.
7) Es mejor sustraer que agregar
Al eliminar las circunstancias que hacen que las personas tomen malas decisiones, se los encauza hacia mejores hábitos. A veces la clave no es encontrar nuevas maneras de hacer las cosas sino eliminar las incorrectas.
8) Ofrezca estímulos
Muchas personas son perfectas en sus trabajos pero sus malos hábitos les impiden crecer dentro de las organizaciones. Ofrecer incentivos para que los cambien no es una mala idea.
8) Eduque
Algunos comportamientos tienen una raíz génetica: por más voluntad que se tenga, será difícil para algunas personas poder poner prioridades en sus tareas, por ejemplo. Para esas personas la motivación no juega un papel tan importante. Por lo tanto es importante enseñarles cómo hacerlo y hacer hincapié en la importancia de la práctica. De el ejemplo.
10) Premios y castigos
Aunque es importante seguir los pasos de esta lista, hay que aceptar que a veces no hay remedio y que algunas personas no se podrán adaptar, con sus comportamientos, a lo deseado por la organización. En ese caso, lo mejor que puede hacer por todo el equipo es despedirlo.
http://www.mercado.com.ar
Para poder alcanzar cualquier meta, es importante encontrar la vuelta para hacerlas concretas y mesurables. “Escuche atentamente” no es concreto ni mesurable, por ejemplo. Trabaje en crear mejores direcciones para que los empleados sigan.
3) Preste atención a los detalles
Cuando el famoso chef Jaimie Oliver quiso cambiar los hábitos alimenticios de los niños en Estados Unidos, logró la atención de alumnos y maestros con una imagen poderosa: un camión lleno de grasa animal. Cuando quiso enseñarles a los chicos más obesos cómo cocinarse, también lo hizo con imágenes y detalles interesantes. La imaginación es una herramienta poderosa para el cambio.
4) Acuda a la presión social
Todas las personas miran a su entorno para encontrar claves y así guiar sus comportamientos. Los colegas ponen la vara más alta y vigilan que los comportamientos inadecuados no pasen sin castigo social.
5) Movilice a las masas
No son los líderes los que mueven masas sino los gerentes medios, que conocen a las personas por su nombre y sus historias, quienes logran que las personas cambien sus peores hábitos. Si el líder es inteligente intentará captar a esas personas clave para lograr, así, un efecto en cadena.
6) Tuerza la suerte
¿Cómo se logra que una persona tome decisiones más saludables a la hora del almuerzo? Educándolos o torciendo las circunstancias. Si las personas agarran lo que ven primero es una buena idea poner una barra de ensaladas al principio de la fila. Eso es lo que hizo Google. No hace falta decir las cosas directamente sino cambiar el contexto para que las personas tomen las decisiones correctas.
7) Es mejor sustraer que agregar
Al eliminar las circunstancias que hacen que las personas tomen malas decisiones, se los encauza hacia mejores hábitos. A veces la clave no es encontrar nuevas maneras de hacer las cosas sino eliminar las incorrectas.
8) Ofrezca estímulos
Muchas personas son perfectas en sus trabajos pero sus malos hábitos les impiden crecer dentro de las organizaciones. Ofrecer incentivos para que los cambien no es una mala idea.
8) Eduque
Algunos comportamientos tienen una raíz génetica: por más voluntad que se tenga, será difícil para algunas personas poder poner prioridades en sus tareas, por ejemplo. Para esas personas la motivación no juega un papel tan importante. Por lo tanto es importante enseñarles cómo hacerlo y hacer hincapié en la importancia de la práctica. De el ejemplo.
10) Premios y castigos
Aunque es importante seguir los pasos de esta lista, hay que aceptar que a veces no hay remedio y que algunas personas no se podrán adaptar, con sus comportamientos, a lo deseado por la organización. En ese caso, lo mejor que puede hacer por todo el equipo es despedirlo.
http://www.mercado.com.ar
0 comentarios:
Publicar un comentario