lunes, 30 de mayo de 2011

La agresividad en los niños pequeños

Si su hijo muerde y golpea no se preocupe, es un problema tratable desde los primeros años de edad. Solo demuestre quién tiene el control.

No se asombre si el comportamiento de su hijo es agresivo: especialistas señalan que algunas actitudes forman parte del desarrollo del bebé entre los 12 meses y los tres años. Solo recuerde que eso no significa que tolerará la conducta; debe saberla corregir a esa corta etapa.




De acuerdo a algunos estudios, es normal que los niños tengan esos “arranques” de agresividad frente a otros, ya que están desarrollando sus habilidades lingüísticas y físicas; además de un fuerte deseo de hacerse independientes y no poseer la capacidad de controlar sus impulsos. Recuerde que los niños están en un momento susceptible de reacción física. Aunque es normal ese comportamiento, la agresividad es inaceptable: usted debe ensenarle otras formas de expresar sus sentimientos.

Corríjalo

Si su hijo, mientras está en el área de juego, empieza a tirarle arena o juguetes a otros niños, retírelo del lugar y siéntelo a su lado. Luego explíquele que podrá volver a jugar con ellos cuando quiera, siempre y cuando no les haga daño. Es muy frecuente que los padres cuestionen el comportamiento, pero a esa corta edad, todavía no tienen la madurez cognitiva necesaria para ponerse en el lugar de otras personas o cambiar su comportamiento, al basarse en la razón; aunque sí entienden de sus acciones y las consecuencias de ellas.



Otro consejo a tomar en cuenta: no trate de gritar o pegarle, eso le podría enojarlo más y darle más ejemplos de cómo ser agresivo. Si demuestra una actitud contraria, ellos notan que usted se controla por lo que aprenderán a neutralizar el comportamiento.



Trate de reaccionar inmediatamente vea una actitud negativa y no espere a que vuelva a hacerla. Mejor apártelo de esa situación conflictiva y castíguelo: déjelo solo por unos minutos (1 o 2 minutos, no más). Esta es la mejor manera de permitir que se tranquilice, después asociará su comportamiento a la consecuencia. Además, se dará cuenta de que si golpea o muerde, termina solito.



Es importante disciplinarlo con constancia, siempre que sea posible. Responda a cada episodio de agresividad de la misma forma que lo hizo la última vez. Recuerde que tiene que mantener la calma y reaccionar de manera constante: todos los padres han pasado por estas situaciones.



Haga que realice mucha actividad física; así usted se dará cuenta de que cuando su hijo no tiene la oportunidad de gastar su energía fuera de la casa, se vuelve un verdadero terror dentro de ésta. Si tiene un niñito muy activo, permítale que corra, salte, haga volteretas, juegue a la pelota: es preferible que lo haga al aire libre, para que pueda gastar un poco de toda esa energía.
KARLA ESPINOZA

diario el mundo


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