lunes, 30 de mayo de 2011

"Hay que saber para qué quieres dinero" leyre Zarate Vesubio en erupción

Su tarjeta de visita la presenta como especialista en mejorar la productividad personal a través de la motivacion. Leyre Zarate es un Vesubio en erupción, un teremoto que habla por los codos en seis idiomas, hace carreras extremas de montaña y fabrica esperanzas
Bilbao. Recién salida del Colegio de Abogados de Bizkaia, donde ha impartido un taller de motivación para los letrados, Leyre Zarate mantiene el biorritmo por las nubes. Habla, habla y no para de hablar mientras pide una cerveza, sonríe y lanza un ¡desenfunda! que acojona. Si no te motiva desde sus empresa Generando nuevas ideas es porque tienes horchata en las venas.


¿Donde nacen sus ideas?

Cuando corro sola por el monte. El sol, el aire, las peñas, la cabra, todo ese universo vivido en soledad y con esfuerzo es mi vivero de nuevas ideas.

Que luego traslada a una empresa, Generando nuevas ideas, con ocho de vida vendiendo ilusiones... ¿es un récord?

Está muy bien y estamos muy satisfechas, pero podemos más, siempre se puede mas.

¿Explíqueme como funciona su negocio?

Tengo una metáfora que no sé si... ¿Puedo?

¡Puede!

Es como un putetxe. Mi compañera Alicia busca los clientes y yo me los trajino.

¿Perdone?

Ya le dije que era una metáfora. Lo primero que les digo es que ya vale de tantas horas de trabajo.

Curioso, lo mismo que le digo yo a mi director en el trabajo... ¡No me diga que eso le motiva!

Hay que aprender a planificarse, a saber sacarle el máximo partido a cada minuto y no exprimirse tanto uno.

Benditas palabras: sacarle más a menos...

No hay fórmulas mágicas y cada uno tiene un punto G de motivación, pero yo utilizo una formula que funciona: M= NdxNc.

Prosiga, doctora Einstein...

La motivación es igual al nivel de deseo por el nivel de convicción. Uno tiene que querer hacer las cosas y estar convencido de que eso que va a hacer va a salir bien.

¿No habrá que renunciar a parte del sueldo siguiendo sus indicaciones, no?

Lo primero que tengo que saber es para qué quiero el dinero. Esa es una gran fuente de motivación. No es suficiente con quererlo, sino imaginarse qué va a hacer una con él. Viajar, esquiar, lo que sea... ¡Eso funciona!

Insisto: me interesa eso de que trabajamos horas de más.

Tengo un amigo escandinavo que me suele decir: con la vida social que hay en Euskadi sois tontos con tantas horas extra. Es un desperdicio gastarse parte de esa vida en el trabajo. ¿Sabe cómo llaman allí a este tipo de gente...?

¡Ni idea!

Los ladrones del tiempo. Le quitan tiempo a su familia, a sus amigos, a sus aficiones... Es algo que no está bien visto.

¿Qué ocurre cuando uno pone de su parte pero el entorno y la circunstancias le frenan?

El entorno es hostil muchas veces, pero una solo puede cambiar lo que está a su alcance. No puedo cambiar lo de fuera pero sí mi motivación, mis impulsos, mi estilo de vida.

¿Cómo hacerlo?

Cada persona es un mundo y tiene que mirar en su interior para ver qué le motiva y a qué ha renunciado.

Predique con algún ejemplo

Uno puede pararse y pensar: ya no tengo tiempo para nada. Ha de pensar que hacía antes. ¿Jugaba a futbito? ¡Qué vuelva a hacerlo! ¿Iba al cine? ¡que regrese!

Suena a gloria pero no sé que tal encaja ese discurso en un Consejo de dirección...

Una empresa se monta para generar respuestas. Si las consigue de este modo seguro que acaban aceptándolo de buen grado.



Jon Mujika

leyre Zarate especialista en motivación personal
"Hay que saber para qué quieres dinero"

/www.deia.com/

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