viernes, 11 de febrero de 2011

«El peor pecado del jugador de golf es la falta de cortesía»Pablo Chaves

Pablo Chaves, presidente del Comité de Reglas de la Real Federación Española de Golf
El nombre del campeonato era tan largo como los apellidos de muchos de los presentes: Campeonato Internacional de Dobles e Individual de España Senior Masculino.
Fue el que reuniría en tierras murcianas durante la semana pasada -del 2 al 6 de enero y en Hacienda Riquelme- a los mejores 'amateurs' españoles y europeos de los últimos tiempos. Hablamos de Preysler de la Riva, Trenor Suarez de Lezo o Larrazabal Aguerrevere, entre otros tantos 120 jugadores, con un 'handicap' medio de entre 4 y 5 y en una prueba de tanta raigambre, que contó -también- con una larga lista de espera. Como maestro de ceremonias: Pablo Chaves, director de la competición, además de presidente del Comité de Reglas de la RFEG y miembro del Comité de Reglas de Saint Andrews.
El modelo de jugador
Chaves ha vivido al menos cuatro ediciones de este longevo campeonato en el que se da un común denominador: un golfista tipo. Chaves habla de él: «Si. Porque no estamos hablando de jugadores recientes, si no de aquellos golfistas pertenecientes a una escuela clásica. Los que imbuidos en el espíritu del golf, comparten esta pasión, tienen una determinada edad y les une incluso la amistad; casi todos ellos son amigos y casi todos le dedican una gran parte de su tiempo a jugar. Son buenos jugadores de golf».
-¿Y no han dado el salto al mundo profesional?
-En algunos casos lo hicieron-le vienen a la memoria Ángel Macias o Rafael Cano Manuel-, pero sobre todo son jugadores que por sus características se encuentran más cómodos en el mundo 'amateur'. Un campo mucho más distendido que el profesional (no hay en juego dinero) y en el que se compite, digamoslo entre comillas, más 'amistosamente'.
Chaves deja claro que en el campo profesional existe una extremada 'polite' (cortesía), la misma que también debe estar muy presente en el mundo 'amateur'. «La cortesía es uno de los rasgos imprescindibles y fundamentales del golf», sentencia.
El campeonato senior
El campo fue un no parar. Durante cinco jornadas se dieron salidas desde primera hora de la mañana, las partidas terminaron con la última luz de la tarde y los 'greenkeepers' tuvieron que cortar los 'greens' en las restantes horas y a oscuras. Todo para dar cabida en los dos primeros días, al juego por parejas (dobles); una prueba que disputada en 'fourball' y 'greensome' dejó a los galeses John Whitcutt y Basil Griffiths como ganadores. A renglón seguido la prueba individual y donde saltó la sorpresa cuando Ángel Macias (conocido como 'El Negrito') y jugador de La Moraleja, remontó una clasificación liderada desde un inicio por el galés Brotherston, que afrontaba la última jornada dominical con una ventaja de 7 puntos. Pero Macias concluiría con 223 impactos. Tres golpes menos que el jugador Morrow y que el propio Brotherston (ambos con 226). Y todo ello, cumpliendo tiempos.
-Hablando de tiempos, uno de los trabajos del árbitro. Control de tiempos y ritmo de juego. ¿Es lo que peor lleva el jugador? ¿o no?
-Es de lo peor porque se desconcetra. Pero cuando un árbitro le dice que tiene que acelerar, es porque por alguna razón ha perdido un espacio y ese espacio que ha quedado libre, afecta al resto de los jugadores (algo que también puede descentrarles). Así que es inevitable hacérselo saber, porque la obligación del árbitro es la de que todos jueguen con las mismas oportunidades y en las mismas condiciones.
-¿Qué otros pecados comete un jugador?
-La falta de cortesía. Chaves continúa diciendo con sutil ironía: ...pero mira que es raro porque estas reglas de cortesía contienen aquellas normas básicas de comportamiento de cualquier ser humano... -Sonrisa cómplice y sigue-: Sin embargo con las reglas de golf son más cuidadosos. ¿Por qué? Pues porque saben que el incumplimiento de las mismas penaliza su juego.
El espíritu del golf
«La gente se ha acostumbrado a que le tienen que dar de todo. Incluido el bocadillo o el agua, cuestiones particulares que todos nos hemos preparado en nuestra casa (que si meto el agua en el congelador para que me aguante, que si...). Personalmente me produce cierta tristeza. El golf es un juego tan apasionante, que sólo la inscripción y que te acepten para que juegues es un orgullo. Pero hay una serie de jugadores, que a mi particularmente no me agradan, que cuando salen la listas dicen: '¿y en éste que dan?' Todo el mundo espera bolas, guantes... y sin no dan nada, 'pues no me inscribo'. Chaves hace una pausa antes de continuar. «No estaría demás pensar un poco en qué es el gof para cada uno».
El presidente del Comité de Reglas español y árbitro internacional bregao en mil una competiciones es de la opinión de que actitudes de este tipo y comportamientos fuera de las normas de cortesía, están dañando al golf.
-¿Cierto?
-Si. ¿ Te acuerdas eso de que el golf es un deporte de caballeros?, pues sin eso, el golf no es nada. Se convertiría en un entrenimiento consistente en dar golpes a una bolita y ya está. El golf, en cambio, es toda una forma de vida. Una filosofía. Una herramienta formativa solamente por el mero hecho de que eres tu propio juez; de que tienes la capacidad de determinar si eres culpable o no de una penalidad. Si no sientes esa filosofía: el respeto a ti mismo y a los demás; el respeto con el propio juego y todo lo que conlleva, entonces no juegas a golf. En cambio, cuando lo cumples, te das cuenta de que cuando ganas es el súmmum. Y te dices: 'He ganado con toda la honestidad'. El que no entiende esta forma de ser y el enaltecimiento del que gana, tampoco va a la entrega de premios.
-¿Cómo era antes?
-Los clubes tradicionales, hablamos los años 20, estaban constituidos por gente de alto nivel adquisitivo y bien relacionada. Así que, para pertenecer a él, primero tenías que ser socialmente aceptado. Lo de pagar, que también (se rie), era otra cuestión a satisfacer. Luego cumplías con los tiempos. Tiempos que se guardaban. Tiempos que se imponían: ' Ahora no puede salir hasta que el profesional no nos diga que está en condiciones de hacerlo'. Era algo así como decirte: 'vamos que no puede salir aún, más que nada para que no nos desespere y segundo para que no nos fastidie el campo'. Porque además de aprender a jugar había que ir al compás del campo. Osea, 'que no nos haga esperar'. Cuando este primer tramo se cumplía, salías con los más antiguos que te enseñaban cómo te tenías que comportar, el tema de la reglas y sobre todo, que vieras y vivieras todo lo que estaba a tu alrededor.
Chaves da un salto en el tiempo. «...Ha habido una profusión de clubes y sobre todo de nueva factura, que no tienen la base familiar que tienen los clubes antiguos, que no han sabido guardan esos tiempos».Y continúa: «Además con el 'boom' económico mucha gente se ha encontrado con un dinero que ha invertido en hacerse socio de un campo de golf y, cuando han ido a darles los tiempos han dicho: 'yo como he comprado las acciones... soy tan dueño como todos ustedes, así que salgo al campo y si no me dejan salir voy al juez'. Le darán la razón, pero no respeta ni la filosofía ni los tan necesarios tiempos».
El 'match'
«Hay que transportarse a 1830 o 40 cuando el golf era lo que era en su cuna: Escocia, Inglaterra... -relata Chaves-. Y si, es cierto que entonces se jugaba de otra manera, otras reglas, sistemas y hasta bolas. El juego se desarrollaba entre vecinos. Si. Todos se conocían y se decían: 'te reto'. Jugaban un 'match' y de ahí salía un ganador; y así en el pueblo se iban retando unos a otros, con dinero de por medio o sencillamente por honor. Eran jugadores 'match'. Luego se fue evolucionando al juego por golpes (...) y llegamos a nuestros días donde, desafortunadamente, el peso del 'stableford' y del 'scramble' llenan las competiciones. Modalidades que no te dan sensación de nada. Yo soy un amante del 'match' y animo al jugador a que salga al campo a probarlo, ¡es apasionante! Porque entra tanto en juego la situación de ánimo como la estrategia inicial e incluso aquella que puede sacar de juego a mi oponente... es, -busca un simil- como jugar al poker».
Chaves reconoce que como árbitro lo peor son «las 14 horas que pasas en el campo y ¡sin jugar!», pero está satisfecho de la oportunidad que esta situación le ha brindado para conocer «a todo tipo de gente e innumerables clubes». Define la figura del árbitro «como la de un consejero. Pero si el jugador se aventura a hacer una cosa que desconoce sin preguntar o con el ánimo de delinquir.., que los hay, pues en ese caso el árbitro no tiene más remedio que penalizar».
-¿Cuáles son las reglas que más fecuentemente se infringen?
- Te diría que la R. 26 (el obstáculo de agua), la R24 y la R25 (obstrucciones y terreno en reparación), la R27 (bola perdida y provisional) y -se lo piensa dos veces antes de decírmelo- si, y la 1.3 (ponerse de acuerdo para excluir las reglas) y la 8 (el consejo).
«Estas dos últimas son las que más se infringen, entre algunas otras». Entra en detalle. «La 26 porque el jugador se dropa de una forma muy diferente a como debe dropar la bola. No por donde entró sino por donde más le conviene (lo habitual)». «Lo mismo en la 25 y 24, ...porque hay algo que se llama el punto más cercano de alivio -y apostilla-, que no es el que a uno le gusta, sino el que es. La 27. En ésta jugamos bola provisional cuando nos hemos ido al obstáculo de agua... -sonrisa y sin comentarios-». Y concluye: «Con la 1.3 se da que los jugadores se dicen: 'cuando tengamos menos de un palo, nos damos la bola' -error, eso es no terminar el hoyo-; o se perdonan una cosa poniéndose de acuerdo -otro error-. Y llegamos a la regla 8, la que más se infringe por aquello de que: ' no se que me está pasando que estoy tirando para la derecha' y el otro replica: 'pues es que no acabas de girar...' . Chaves pone cara de circunstancia: «Pues eso».


«En los clubes de los años 20 se guardaban 'los tiempos' (...) no podías salir al campo sin haber aprendido a estar y a saber moverse en él»
«Con el boom económico mucha gente invirtió en hacerse socio de un club, pero sin asumir después esos 'tiempos' tan necesarios»
«Particularmente me desagrada el jugador de golf que dice: ¿En éste torneo qué dan?»
«Las Reglas de golf se cuidan más porque penalizan el juego, no así las de cortesía»
«Como árbitro lo peor son las 14 horas que pasas en el campo y ¡sin jugar!»
«Si el jugador se aventura a hacer algo que desconoce sin preguntar o con ánimo delinquir... el árbitro no tiene más remedio que penalizar»

MARÍAJESÚS PEÑAS noticiasgolf@yahoo.es

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