miércoles, 2 de junio de 2010

Claves para combinar camisas y corbatas

Si partimos de la triste realidad de que solo los trajes azules marino y grises marengo tienen cabida hoy en los armarios de la mayoría de los caballeros, nos veremos obligados a seleccionar con cuidado y mimo nuestra camisa y nuestra corbata para poder aportar un toque de estilo a nuestros monótonos trajes.

No debemos olvidar que en la mayoría de las oficinas de hoy en día la existencia de calefacción nos obliga, en contra muchas veces de nuestros deseos, a desprendernos de nuestra chaqueta. Este hecho, nos exige prestar más atención tanto a nuestra camisa como a nuestra corbata ya que serán estas dos prendas las más expuestas a las miradas de los que se acerquen a nosotros.


A la hora de escoger la camisa y corbata que mejor combinan entre sí hay dos pautas fundamentales que no podemos olvidar. Por un lado, deberemos prestar atención al color de ambas prendas buscando siempre algo de contraste y, por otro, deberemos vigilar la correcta combinación de diseños (liso, rayas, cuadros etc.) de nuestra camisa con nuestra corbata y viceversa.

Como norma habitual, indicar que siempre resulta más fácil acertar con la combinación adecuada si escogemos primero la camisa a vestir y solo después pensamos en la corbata que mejor combinaría con dicha camisa. Deberemos evitar escoger dos prendas con demasiada personalidad. Si nuestra corbata y nuestra camisa tienen de forma independiente ya demasiada presencia, deberemos evitar vestirlas conjuntamente.

Lo más sencillo resulta siempre combinar las camisas y corbatas lisas; sin dibujo alguno. Una camisa azul clara, por ejemplo, es perfectamente combinable con corbatas de la mayoría de los colores.

Como pauta general, sin embargo, señalar que es recomendable que si vamos a combinar una camisa y una corbata lisas, la corbata siempre debería ser de una tonalidad más oscura que la camisa. Nuestra misma camisa azul clara combinará perfectamente, por ejemplo, con una corbata lisa burdeos o verde oscuro. Por el contrario, si optáramos por una camisa de un azul más oscuro tipo cielo, no deberíamos decantarnos por una corbata de un amarillo pálido ya que nuestra corbata “desaparecerá” entre el color más fuerte y predominante de nuestra camisa.

Las camisas lisas tienen la enorme ventaja de combinar perfectamente con corbatas a rayas o con aquellas con otro adorno, independientemente del tamaño del dibujo que las corbatas tengan. Esa corbata que por su peculiar dibujo resulte difícil de combinar, siempre quedará mejor con una camisa lisa que con cualquiera con otro diseño.

Una de las combinaciones más frecuentes de encontrar es la que presenta una camisa a rayas. En este caso y como indicamos hace unas semanas deberemos evitar combinar una camisa a rayas con una corbata que también las contenga. Cualquier camisa a rayas admitirá de buen grado una corbata lisa siempre y cuando el color de esta última sea algo más oscuro que el de nuestra camisa.

De la misma forma, una camisa a rayas podrá ser acompañada de una corbata con motivos diversos si dichos motivos son de una escala similar a la de las rayas de nuestra camisa. Una de las combinaciones que hoy ya apenas se ve, seguramente por pensar que nos es adecuada, es la que combina una camisa de rayas marcadas con una corbata con lunares. Esta combinación es perfectamente válida y es particularmente bienvenida con un traje liso, al funcionar el traje como marco de la foto compuesta por la camisa y la corbata donde ambas prendas comparten protagonismo.

El consejo de evitar combinar una camisa a rayas con una corbata también a rayas deberá dejar de ser considerado como tal cuando el caballero que escoge dicha combinación conoce que las líneas de ambas prendas pueden ser perfectamente combinadas si son de tamaño diferente.

Si escogemos una camisa tipo mil-rayas deberíamos optar por una corbata de rayas anchas. Una elegante y estilosa posibilidad de combinar rayas es escoger una corbata con ellas en horizontal y enfrentarla así a las rayas verticales de nuestra camisa.

Las camisas a cuadros son siempre más difíciles de combinar y, si no queremos correr riesgos, deberemos huir de ellas. Además, no debemos olvidar que los cuadros, como ya hemos apuntado en diversas ocasiones, solo deberían ser vestidos en el campo o en ocasiones que vistamos de sport no siendo aptas para vestirse en situaciones formales.

Si a pesar de ello queremos vestir con una camisa de cuadros en la oficina, deberemos prestar una especial atención al dibujo de nuestra corbata. Si el cuadro de la camisa es muy marcado y grande siempre deberemos evitar introducir una corbata con demasiada notabilidad.

Dibujos discretos en nuestra corbata o, en su defecto, alguno de similar proporción a los cuadros de nuestra camisa aportarán armonía a nuestro conjunto. Si por el contrario, los cuadros de la camisa son pequeños deberemos buscar corbatas con diseños más agolpados entre sí. Aunque es posible y además elegante, si no queremos correr riesgos, deberemos evitar mezclar camisas a cuadros con corbatas de rayas.

Respecto a la combinación de colores de nuestra camisa y corbata, ya hemos hablado en otras ocasiones. No obstante, una vez más recalcar que deberemos evitar repetir los colores de nuestra camisa en nuestra corbata. De hacerlo, deberemos intentar que el color predominante en nuestra corbata no sea el de nuestra camisa. Si, por ejemplo, nuestra camisa es de color púrpura, podremos escoger una corbata con algún motivo en dicho color pero donde el resto de color de nuestra corbata sea de otro tono totalmente diferente y algo más oscuro al de la camisa, como podría ser el azul marino.

Si bien todas estas claves nos ayudarán a acertar con la mejor combinación de camisa y corbata no son pocas las veces donde solo el gusto del caballero y ese primer flechazo al ver nuestra corbata superpuesta sobre la camisa dirán sobre el acierto o no de nuestra elección.

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