lunes, 4 de enero de 2010

El sombrero: vestimenta y protocolo

Si en los años 30 y 40, independientemente de la clase social, ningún caballero abandonaba la puerta de su casa sin su querido sombrero, hoy éste solo se ve en personas de una determinada edad o en señores que no prestando atención a las modas del momento conocen de la elegancia que aporta este práctico complemento.

La cabeza es seguramente la parte del cuerpo por la que más calor se pierde y el sombrero ayuda a que dicha pérdida sea menor. Nos protege tanto del frío como de la exposición directa al sol.

El ala del sombrero proporciona a la parte superior de la cabeza la sombra que no nos ofrecen ni siquiera las gafas de sol. En temporadas de lluvias es muy práctico al permitirnos olvidar el engorroso paraguas y evitar mojarnos tanto la cabeza como gran parte de los hombros.

A pesar de esto, sus detractores encuentran razones de no mucho peso para prescindir de él. Éstas son principalmente las que sitúan al sombrero como algo que forma parte ya del pasado o que hace que nuestro look parezca anticuado.

Es cierto que los tiempos van cambiando y que ahora el clima es más benigno y además muchos caballeros no quieren que su cuidado peinado se vea arruinado por el uso del sombrero. También es cierto que al ser una prenda en extinción su uso requiere de un caballero con gran seguridad en sí mismo y confianza.

Es por todo ello por lo que hoy las marcas más tradicionales de sombreros han adaptado éstos a los nuevos tiempos y vuelven a poner a nuestra disposición un abanico muy amplio donde escoger.

De lo que no cabe duda es que un clásico sombrero Fedora siempre añadirá un toque de elegancia a nuestro conjunto final, ya sea éste formal o casual. Igualmente, dependiendo del tipo de sombrero que escojamos éste puede hablar de nuestro estatus social como pocas prendas lo pueden hacer.

Existen infinidad de tipos de sombreros, aunque los más prácticos y quizás también los más elegantes siguan siendo los Fedora y los Trilby (de ala algo más estrecha que los anteriores). Para las ocasiones más formales, si no nos atrevemos con los Top Hat, los Homburgs son siempre una apuesta segura. Para las épocas de calor nada como los sombreros Ecuatorianos (hoy erróneamente popularizados como sombreros Panamá).



Hay unas normas básicas que debemos observar los caballeros que nos decantemos por el uso del sombrero.

Cuando estemos sentados en sitios cerrados siempre debemos estar descubiertos y si no hay ropero específico para nuestro sombrero se debe mantener sobre las rodillas.

Si nos cruzamos por la calle con un conocido nos debemos descubrir un poco antes de estar a su altura y no debemos cubrirnos de nuevo hasta habernos alejado un poco. Antes de abordar a un conocido, hay que desprenderse del sombrero cinco o seis pasos antes de llegar a él.

Cuando vistiendo sombrero nos dispongamos a saludar a otro caballero o a una dama hay que tomar el sombrero con la mano derecha, desprenderlo enteramente de la cabeza y estirar el brazo hasta abajo, agarrando el sombrero por el borde.

A la hora de acceder a un lugar donde tengamos conocimiento de antemano que se encuentra un personaje relevante hay que descubrirse antes de entrar en dicho sitio.

Como norma general nos debemos descubrir cuando saludemos a un conocido, especialmente cuando éste sea una dama, al entrar en un lugar donde hay personas relevantes, al dar o recibir una cosa, cuando nos dirijamos a personas de relevancia social etc.

Sin embargo, sí nos mantendremos descubiertos en el caso de que entablemos conversación con una persona de “rango” superior y no nos debemos cubrir hasta que dicha persona nos lo proponga.

Si bien debemos animar a cubrirse a aquellos que se han descubierto por considerarnos de posición superior, nunca deberemos optar por esta opción cuando seamos nosotros quienes nos encontremos frente a un superior.

Descubrirse ante una dama es una muestra de cortesía que todo caballero debe atender y toda dama aceptar. Esta muestra de etiqueta se ha observado durante cientos de años y no deberíamos abandonar su aplicación.

Aunque el uso del sombrero está desapareciendo de nuestro país, hay otros como en Italia donde su uso está más extendido. En otros como Estados Unidos el sombrero está resurgiendo en estos últimos años y hay casas de gran prestigio especializadas en su confección a medida.

Os animamos, sobre todo en esta época de frio, a dejar atrás ciertas modas de tiempos pasados pero a no abandonar las buenas. Al menos en la moda masculina clásica no todo tiempo pasado fue peor.

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