jueves, 1 de octubre de 2009

Gestos con la cabeza y Distancia interpersonal

Los movimientos de la cabeza, como todos, varían en función de la cultura. Quizás la excepción sea el gesto de afirmación y de negación, que aparecen incluso en personas ciegas de nacimiento. El signo de afirmación, suele ser utilizado además de para afirmar, como una muestra de escucha activa, es decir, de que se está escuchando con interés a la otra persona. Pero la utilización excesiva puede dar sensación al otro de que se quiere acabar la conversación pronto.

Durante una conversación la cabeza debe moverse acompañando exclusivamente a la mirada, de una manera discreta y suave, para evitar distracciones y dar sensación de incomodidad.



Distancia interpersonal

El espacio personal es el espacio cuya invasión nos provoca malestar. Por ello, tratamos de mantener una distancia mínima con los demás, la distancia interpersonal . No cabe duda de que las personas necesitamos un espacio alrededor nuestra para sentirnos bien, que cambiará en función de la situación, de nuestro estado de ánimo, de la cultura de procedencia, del tipo de personas que nos rodean… Cada situación conlleva una distancia mínima cuyo acortamiento nos hace sentirnos incómodos y que tratamos de defender de diversas maneras.

Por lo tanto, es deseable que nos demos cuenta de las señales verbales o no verbales que nos mandan los demás cuando vulneramos su espacio personal .

Cuando las personas necesitan mayor autonomía, protegerse de la comunicación, así como liberarse emocionalmente, pueden optar por retirarse de los demás y así incrementar su distancia interpersonal

Ya hemos mencionado que las diferencias culturales en lo que se refiere a espacio personal son muy variadas. Los árabes necesitan por lo general menos espacio personal que los latinos, y éstos menos que los ingleses y los estadounidenses. También hay diferencias de género: las mujeres, por lo general, se aproximan a los demás más que los hombres; y también ocurre lo contrario, la gente se acerca más a las mujeres que a los hombres. Es posible que estas diferencias también se deban a la cultura, a los roles diferentes que se asignan a cada género.

Pese a la gran variedad en la delimitación del espacio personal, los expertos suelen dividir el espacio en cuatro zonas con respecto a una persona:

• Zona íntima (15-45 cm): esta zona es la que las personas cuidamos con mayor persistencia, como una propiedad privada. Es el espacio al que pueden acceder las personas con la que tenemos una relación muy íntima y de afectividad. El contacto corporal es fácil, el tono de voz se puede bajar sin problemas para seguir siendo audible, y nos llegan otras sensaciones como el olor o el calor que desprende la persona. Sin embargo, la visión completa del interlocutor se dificulta debido a la cercanía.



• Zona personal (46 cm - 1,20 m): es la distancia que se guarda en relaciones cercanas, aunque no íntimas (compañeros de trabajo, reuniones sociales, fiestas…) Es una distancia en la que también es fácil el contacto corporal, pero se ve mejor al interlocutor, perdiendo influencia otros sentidos.



• Zona social (1,21 cm- 3,6 m): esta distancia es la que solemos mantener cuando nos relacionamos con personas que no conocemos, extraños; en definitiva, la que empleamos en relaciones impersonales. Suele requerir un mayor volumen de voz.



• Zona pública (más de 3,6 m): este espacio es el que se extiende hasta el límite de lo visible y lo audible. Es el de las ocasiones públicas, y los actos formales.

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